Monseñor Gabriel Barba participó de las celebraciones de San Roque en Villa Mercedes

En medio de una tarde fresca y gris, en Villa Mercedes se celebró con mucha devoción a San Roque, y el Santo recorrió las calles en la tradicional procesión que este viernes presidió monseñor Gabriel Barba. Asistieron vecinos, fieles de otros puntos de la ciudad, alumnos de colegios católicos, autoridades municipales y concejales.

“Está en el corazón de mucha gente, es muy popular y acompaña al pueblo de San Luis desde distintos lugares. Hay devociones que calan más fuertes que otros, que tocan más el corazón de muchos y esto lo logra San Roque”, dijo el obispo de San Luis durante la misa que fue concelebrada por los sacerdotes Diego Torres (de la Parroquia San Roque) y David Picca (de Nuestra Señora de la Merced).

Destacó que los Santos “son un ejemplo de vida, una intercesión ante Dios, y nos enseñan porque son modelos”. Al mismo tiempo recordó que San Roque “materialmente lo tuvo todo, porque estaba en una posición acomodada” en Francia, pero abandonó sus bienes (los vendió para ayudar a los pobres) y emprendió una peregrinación hacia Roma donde le tocó ser testigo de una peste que afectó a Europa. Se dedicó a curar y cuidar a los enfermos.

“Salió a atender a sus hermanos, hasta que cayó enfermo. Se comprometió, y eso muchas veces hace que nos manchemos o nos equivoquemos porque hicimos las cosas torpemente. Se jugó, manchó sus manos y su salud, pero Dios fue providente con él”, agregó, e hizo referencia al protagonismo que tuvo el perro al acercarle el pan. También revivió cómo fue su final, “en la cárcel, erróneamente, injustamente”, pero sin embargo “un hombre de Dios”.

Pidió: “Seamos nosotros otros Roques, y otros Cristos capaces de ser testigos de la vida, en un mundo donde ganan las sombras de la muerte. No hace falta hacer milagros, siempre es necesaria la capacidad de vivir en el amor. En estas fiestas le vamos a pedir que se renueve en cada uno la alegría de sentirnos hijos de Dios”.